Un vecino que pasará a la historia como uno de los grandes prohombres que ha tenido Pilar es don Regino Osés.

Nacido el 11 de febrero de 1914 en Zuriain, un pequeño pueblo cercano a Pamplona, vivió hasta su juventud junto a sus padres y sus once hermanos. Empleado, como fuera su padre, de una compañía de energía hidráulica Electra-Puente Marón, de inmediato se erigió como una cara visible del sindicalismo, defendiendo las ideas socialistas que buena parte de España ya había comenzado a abrazar.

Afiliado al PSOE y la UGT (Unión General de Trabajadores), Osés era además columnista de publicaciones obreras, firmando a veces con su nombre, otras con el seudónimo de Martillo.

El inicio de la Guerra Civil lo encontró sirviendo al ejército en Ceuta, y por sus ideas contrarias al régimen de Francisco Franco fue detenido, sufrió torturas (a pesar de los tormentos, jamás delató a un compañero) y pasó nada menos que seis años en la cárcel.

Una vez recuperada su libertad, tras casarse con Francisca Bazán y tener una hija (Olga), Regino siguió sufriendo persecuciones por parte del régimen fascista, y así fue como a los 30 años decidió radicarse en Francia, para llegar a la Argentina (más precisamente a Pilar) luego de cumplir los 32. Su intención era seguir viaje a Venezuela, pero terminó echando raíces en ese pueblo distante a unos 60 kilómetros de la Capital. “Yo esperaba quedarme algunos años hasta que cayera Franco y poder volver a España, pero la vida hace con uno lo que quiere, y no uno lo que quiere con la vida...”, reflexionaba en una de sus últimas entrevistas, concedida a El Diario Regional.

Osés colaboró con la llegada de partidas estales para avanzar con la obra del edificio de Bomberos.

En la ciudad fundó el mítico bar “La Alhambra” (Rivadavia y Lorenzo López). No obstante, su verdadero legado está compuesto por la sucesión de obras para la comunidad, vitales para el crecimiento de aquel “pueblecito”: por ejemplo, la creación del colegio secundario oficial Tratado del Pilar, la llegada al distrito del Banco Nación y la construcción del edificio de Bomberos Voluntarios, institución que presidió durante 30 años.

Incluso tuvo un papel crucial en la llegada a Pilar del Parque Industrial, ya que fue él quien le recomendó en 1972 al empresario Meyer Oks la elección de ese predio, para que el hombre pudiera concretar su ambicioso proyecto.

Osés rechazó varias veces ocupar cargos, jactándose de que solo una vez le tocó intervenir en la política: fue en el “Pilarazo” de 1971, cuando en Pilar se dispuso la salida de Nicolás Ruiz Guiñazú para favorecer el retorno como intendente de Raúl Colombo. Por esto, decía que su mediación había resultado la llave para llegar a un acuerdo. Incluso, en el medio logró que llegara una partida estatal para avanzar con la obra del edificio de Bomberos…

Hasta sus últimos días, el vasco con vida de prócer vivió donde siempre, en la calle Belgrano, bien cerca de la plaza céntrica, repartiendo su tiempo entre su hija, la lectura y la escritura de poemas. En su honor, el edificio de Bomberos Voluntarios (Tucumán e Ituzaingó) lleva su nombre.

Regino Osés falleció el 8 de abril de 2012, a los 98 años, luego de una vida de novela. Hasta sus últimos días sostuvo el pensamiento que lo forzó a alejarse de su querida Navarra: “Denme libros y no fusiles, porque el fusil es contrario a la paz. Cierren cuarteles y abran universidades”.

Conocénos

No son leyendas, ni se aplica el rigor del historiador: está compuesto por relatos sobre vecinos, personajes y sucesos que marcaron al distrito a lo largo del tiempo, especialmente en el sigo XX.

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