En agosto de 1971, el pueblo se conmocionó cuando una nena de 10 años dio a luz en el Hospital local. Una historia dificil con un tratamiento mediático muy diferente al actual.
El 14 de agosto de 1971, el Hospital de Pilar se conmocionó con un hecho que repercutió a nivel nacional: una nena de 10 años había dado a luz a un bebé a través de una cesárea. Fue el caso de “la niña madre de Pilar”, cuya cobertura mediática tuvo características muy diferentes a las actuales.
El medio que más siguió los acontecimientos fue el diario Crónica. En su edición del 15 de agosto, expresó: “Es un muñeco para una madre tierna e inocente que es, también, una muñeca. El suceso, asombroso, conmueve precisamente porque es como un milagro palpitando en el corazón de ella, sin comprender la grandeza del suceso: le ha dado al Mundo un hombre. Bendita sea”.
Los motes de “muñeca” y “muñeco” para hacer referencia a la nena y su hijo serán una constante del periódico: “El muñeco pesa 3 kilos”, titula en una subnota, por ejemplo. Tampoco existe protección alguna para los menores: se dicen nombres, direcciones, edades y todo tipo de datos sobre vida personal.
Historia dura
La pequeña Mirta había llegado hacía pocos meses a Pilar desde Misiones, instalándose en una casa precaria del barrio Santa Teresa (hoy localidad de Lagomarsino), cercano al cruce de la flamante Panamericana con la ruta 26. El abuso se había producido en su provincia natal, según los cálculos, cuando tenía apenas 9 años. Pero, para los medios, eso era lo de menos…
“No interesan las circunstancias que dieron origen al nacimiento”, sentenció Crónica. El pequeño nació gracias a la intervención de Roberto Pezzoni, un conocido médico pilarense de la época que decidió practicar la cesárea. Por él, el bebé se llamará Robertito.
En la intervención, Pezzoni recibió la asistencia de la enfermera María Esther Licalsi. En agradecimiento, ambos serán los padrinos. El bautismo se hizo en la Parroquia Nuestra Señora del Pilar días más tarde, sin la presencia de Mirta.
Encargado de la ceremonia, el Padre José María Jaime Burmeister no dejó entrar a la prensa, que aguardó en la vereda. Allí también se congregaron varios curiosos que querían ver de cerca al pequeño que días atrás había salido en los diarios.
Madre y esposa
Pero quedaban más capítulos por contar: con apenas 12 años de edad, Mirta se casó con Néstor G., un jujeño de 22 que al parecer era el padre de Robertito. El matrimonio y su hijo sonríen en la nota de la revista “Así”.
“Se casó con ella porque era eso o la cárcel. Además, a los medios sensacionalistas les encantó la idea”, relató Alfredo M., conocedor de la historia desde muy cerca ya que es hijo de la enfermera Licalsi, madrina de Robertito. Alfredo hizo referencia a una ley existente hasta no hace mucho tiempo en nuestro país, a través de la cual un violador o abusador era “perdonado” al casarse con su víctima. Es lo que ocurrió en el caso de Pilar, a pesar de la marcada diferencia de edad.
Pero, según M., “el hombre resultó ser alcohólico y maltratador”. Luego de unos años terminaron separándose.
También contó que Mirtha, “la niña madre de Pilar”, falleció muy joven, cuando sólo tenía alrededor de 40 años.
En cuanto a otros protagonistas, se ignora el destino de Néstor. De continuar entre nosotros tiene unos 75 años. El doctor Roberto Pezzoni murió en forma trágica a mediados de los ’90, asesinado por un ladrón que entró a robar a su casa.
Robertito y su madrina nunca perdieron el contacto, hasta el fallecimiento de la enfermera en 2016. Este mes, quien fuera en 1971 un bebé mediático por tristes circunstancias cumplió 54 años, pero Alfredo ya no sabe de él hace tiempo.