La mujer es considerada la gran acuarelista argentina. Dio clases y hasta vivió en el Instituto pilarense en la década del '40.

Cuando se afirma que el Instituto Carlos Pellegrini fue un sitio de excelencia no se está pronunciando una frase hecha ni se cae en un lugar común. El colegio de Pilar fue durante buena parte del siglo XX una verdadera referencia en la educación nacional.

Además de las matemáticas, la química, los deportes o la literatura, el Pellegrini también se destacó en la enseñanza de las artes, de la mano de una de las artistas argentinas más destacadas: Lola Frexas.

Nacida en Buenos Aires el 23 de diciembre de 1924, Dolores "Lola" Frexas es considerada “la gran acuarelista argentina”, siendo además protagonista de los años dorados del colegio erigido sobre la ruta 25.

Egresada de la Escuela Nacional de Bellas Artes, en sus años de estudiante fue alumna de Lino Spilimbergo, Eugenio Daneri y Jorge Larco, entre otros grandes del arte nacional. En 1944 obtuvo el primer premio con un croquis de ballet en el Teatro Presidente Alvear; mientras que a partir de 1948 expuso regularmente en el Salón Nacional de Bellas Artes.

Lola Frexas llegó al Pellegrini en la segunda mitad de la década de 1940 e incluso vivió durante algún tiempo en sus instalaciones. Durante cinco años fue profesora de las materias Historia del Arte y Francés, al tiempo que despuntaba su pasión por la pintura aprovechando el imponente marco que el lugar le ofrecía.

A principios de los 2000, en conversación con la revista La Local, la artista rememoraba esos momentos de su vida en el Pellegrini: “Me acuerdo de su paisaje, de las lagunas, los patos, el tambo. Había muchas cosas para pintar, figuras campesinas. Allí aprendí a nadar”. A su vez, agregaba que su estadía en Pilar “fue una época muy especial para mí. Enseñar Historia del Arte me sirvió para encaminar mi carrera. La vocación es lo que se siente, lo que nos resultó imposible no hacer”.

Consagrada

Tras su experiencia como docente en el Pellegrini, en 1954 viajó a España con una beca del Instituto de Cultura Hispánica y se radicó en Toledo, donde en 1956 realizó su primera muestra individual. En Europa participó en numerosos muestras colectivas y sus obras fueron presentadas en Madrid, Londres y Roma.

A lo largo de su carrera, la mujer recibió premios de diversas instituciones: Fondo Nacional de las Artes, el Sagitario de Oro de UNICEF y Mérito Social de la ONU, entre otros. Su obra se encuentra en colecciones oficiales y privadas de Argentina, Estados Unidos, Brasil y Portugal, entre otros países.

En 1983, el Correo Argentino imprimió 1.000.000 de estampillas con una de sus obras.

A su vez, el Ministerio de Economía posee una serie de trabajos de la acuarelista, constando de más de 10 obras entre acuarelas, pinturas, dibujos y láminas. Buena parte de su producción también se exhibe en el Museo de Arte de Tigre.

Lola Frexas falleció en septiembre de 2011, a los 86 años de edad. Con el Pellegrini siembre en el recuerdo y su corazón, la artista puso en práctica a lo largo de su vida una frase que repetía en las entrevistas: “Pintar es el estado más parecido a la felicidad”. A juzgar por su recorrido, fue plenamente feliz.

Conocénos

No son leyendas, ni se aplica el rigor del historiador: está compuesto por relatos sobre vecinos, personajes y sucesos que marcaron al distrito a lo largo del tiempo, especialmente en el sigo XX.

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