Hombres, mujeres y niños están de fiesta en el inquilinato ubicado en la calle 11 de Septiembre esquina Moreno, conocido popularmente como “Don Pepino”.

En una imagen poco usual para la época –principios de la década de 1950-, hombres, mujeres y niños están de fiesta en el inquilinato ubicado en la calle 11 de Septiembre esquina Moreno, conocido popularmente como “Don Pepino”.

Propiedad de José Crifasi, allí vivían vecinos de la clase trabajadora, por más que en las fotografías (de la colección personal de Armando Mathías D´Auría) se advierta que todos salieron al patio para disfrutar de un día bajo el sol, entre música y bebidas.

Por ese entonces, si bien la formalidad ante el acto de someterse a una fotografía no era la misma de principios de siglo, en la mayoría de las imágenes de época aún puede advertirse que aparecer retratado en una imagen era, por decirlo de algún modo, “cosa seria”.

Sin embargo, parece que esa tarde en “Don Pepino” las cosas fueron distintas: por eso, puede verse cómo las mujeres abandonaron la solemnidad y el recato para posar y jugar frente a la cámara. Eran momentos en los que las clases populares comenzaban a gozar de privilegios y reivindicaciones que antes sólo miraban desde lejos. Qué importaba lo que dijeran en el barrio, había algún motivo para celebrar y no había que pensarlo demasiado: ponerse lo mejor, salir a comprar el vino y sacar la criolla de atrás de la cabecera de la cama.

Botellas por doquier, guitarras, sonrisas y gestos risueños adornan las imágenes. El grupo completo posa para la posteridad, con actitud por demás relajada. Además, se observan detalles no menores que desafían las rigideces de la sociedad de antaño, como ver a una mujer con pantalón y sombrero, guitarra en mano; o bien a otra de ellas tomando vino directamente de la botella.

En el patio del inquilinato exhiben sus dotes histriónicas, como si fuese una producción especial para alguna publicidad o revista del momento.

Hubo fiesta en el inquilinato “Don Pepino”, cualquiera haya sido el motivo. Hombres, mujeres y chicos salieron de sus habitaciones para copar el patio, para celebrar entre música y bebidas.

Conocénos

No son leyendas, ni se aplica el rigor del historiador: está compuesto por relatos sobre vecinos, personajes y sucesos que marcaron al distrito a lo largo del tiempo, especialmente en el sigo XX.

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